El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua nos da como primera definición del término libertad la siguiente: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.” Implica dicha definición y por tanto la libertad la posibilidad de elección como un elemento inherente a la propia naturaleza humana, e implica también que el ejercicio de la libertad lleva pareja la asunción de la responsabilidad que en todo caso lleve nuestro actuar.
Recuerdo lo anterior por la clara restricción de libertades a las que nos está llevando el gobierno zapatero. La última por boca del director general de tráfico el Sr. Pera que en una nueva salida de tiesto nos recomienda no adquirir coches con una determinada potencia. ¿A dónde vamos? A esta paso a rememorar los peores tiempos de la dictadura soviética, porque no el estado creando un coche tipo para los ciudadanos y dependiendo de su status un modelo u otro, o porque no limitar la producción de automóviles en las fábricas. Parecería de risa si no fuera por el frontal ataque que a las libertades individuales lleva este tipo de insinuaciones, lo siguiente que será pretender impedir que adquieras determinados alimentos si estás obeso o con sobrepeso, que adquieras una determinada cantidad de gasolina al mes para controlar la contaminación. No podemos permitir que un gobierno como el de ZP promueva este tipo de actitudes que atentan claramente contra nuestra esencia como personas, contra nuestras libertades individuales.
Me compraré el coche que me de la gana y en caso de que infrinja las normas y sea “cazado” asumiré las consecuencias, pero no debemos consentir bajo ningún concepto que el Estado nos imponga que coche comprar y conducir, como tampoco consentiríamos que nos dijeran lo que debemos comer o beber.