Una vez más, y no van pocas precisamente, la organización terrorista Batasuna desafía al Estado de Derecho. Dicho desafío se ha convertido en despreciable costumbre. Preparan para el domingo una manifestación donde estarán, si nadie lo impide (esperemos que si), todos los que son, y donde habrá también ausencias, las de aquellos que les apoyan en la sombra, directa o indirectamente.
El gobierno vasco, a pesar del apoyo que le presta el PCTV, no puede permitir, y digo no puede, que el domingo 14 se manifiesten los miembros de esa organización por las calles de la bella San Sebastián, y digo bien no pueden porque la propia esencia del Estado de Derecho está en juego, y lo está porque el respeto a las leyes es fundamental en la defensa de nuestro sistema democrático. La propia Constitución en su preámbulo nos hace ese importante mandato: “Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular”. Y dado que el imperio de la ley es expresión de la voluntad popular el gobierno vasco debe de poner todos los medios a su alcance, todos, incluida la actuación policial a fin de evitar que los batasunos se manifiesten. Debemos exigírselo, no podemos consentir los demócratas que el gobierno vasco por un lado prohíba la manifestación y por el otro la ampare al no disolverla, es su obligación el impedir que se forme y no son pocos los medios para conseguirlo, pero debe existir la firme y clara voluntad de así hacerlo y lo advertimos con cuatro días de anticipación por aquello de que se vayan preparando.