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Soy vigués

Empecé en el año 2005 con esta aventura como LIBERAL VIGUÉS. Soy abogado de profesión, pero me interesa la política, hasta mayo de 2011 he sido Concejal del Ayuntamiento de Vigo,preocupado por sus problemas y que le gusta participar activamente en la búsqueda de soluciones. Comenceí no ano 2005 con esta aventura que é un blog persoal, son avogado de profesión, pero gústame a política, e fun concelleiro da cidade de Vigo ata maio do 2011.
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CONTADOR DE VISITAS

ECHEMOS A LOS FACINEROSOS DE LA POLÍTICA

corrupcionoCabreados, indignados, hastiados, hasta las narices, etc… Así nos encontramos gran parte de la ciudadanía ante las noticias que inundan los medios de comunicación y que trasladan lo que no demuestra más que la sinvergüencería de algunos, no todos, hace que al final se meta a todos en el mismo saco. No vale por cierto hacer referencia a otras circunstancias de otras profesiones o actuaciones para hablar de hipocresía de la sociedad, porque es injusto. Hay corruptelas en muchos ámbitos y profesiones, porque va unida a las personas, pero es inadmisible el “do ut des” aplicado a la política, es decir “te adjudico esta obra, concesión, etc si me das tanto”… Es lo más repugnante porque ataca a la confianza democrática por ello es necesario perseguir al corrupto y al corrompedor sea quien sea y en el ámbito que sea.

Resulta evidente que algo hemos de hacer para arrinconar a quienes ponen en jaque el sistema democrático y político con sus actitudes, aquellos que se han olvidado que la política es fundamentalmente “servicio a los demás” y la han intentado convertir en una sociedad anónima en la que convertidos en grandes accionistas se benefician de la pólvora del rey, del dinero público (que es de todos pues parte de nuestros impuestos) para transferirlos oscuramente a paraísos fiscales o engrosar colchones de opulencia y convertir a políticos en facinerosos.

 Está en manos de todos decir NO, denunciar, arrinconar y exigir. Es la hora de un gran pacto (como en su día se hizo con el transfuguismo) para identificar, arrinconar, denunciar y expulsar a estos “ASQUEROSOS PRESUNTOS DELINCUENTES” de la vida pública, expulsarlos de la política y que nunca más la puedan ejercer. Ahora que se plantea la reforma del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, tenemos una oportunidad enorme de actualizar la legislación para perseguir estas conductas y adaptar, como dijo el otro día el Presidente del CGPJ, de una legislación pensada a roba gallinas a las nuevas actividades delictivas. Nullum crimen sine praevia lege, adaptemos la normativa para poder perseguir más eficazmente conductas tan deplorables que no dependen de siglas (aunque se utilicen éstas) y si de personas sin escrúpulos. También es preciso dotar a la Justicia de medios humanos y materiales para que no se eternicen las instrucciones y cuando lleguen las resoluciones judiciales, los responsables estén alejados de la vida pública. Una justicia lenta no es justicia, como decía el jurista italiano Calamandrei para que existe justicia “hay que hacer las cosas rápido, y hacerlas bien”. Nuevas medidas cautelares, la devolución íntegra de lo indebidamente cobrado o apropiado, la dimisión o cese legal en el caso de apertura de juicio oral (aunque personalmente sería partidario de que aparezca la figura de la preimputación y un posterior auto de imputación, que fuese el momento ad hoc para esos ceses fulminantes).

De todas formas, además de las medidas represoras, a través de la legislación penal, creo firmemente necesarias medidas preventivas y de higiene democrática, en cuya construcción debemos participar los propios partidos y pactar como decía antes. Pero de verdad que es desesperanzador que con la que cae, con la repugnancia que en la sociedad nos produce, los dos principales partidos del arco parlamentario: el mío el PP, y el PSOE de Pedro Sánchez se hayan levantado de una mesa de negociación sobre medidas concretas, para arrojarse mutuamente la pescadilla a la cabeza, obviando que el problema es de todos, y que hacer partidismo de ello no conduce a nada, y que se deben aportar soluciones. Es en momentos de máxima dificultad es cuando los partidos debemos de estar a la altura, en caso contrario la sociedad lo demandará. Estas medidas han de ir indudablemente unidas a una mayor trasparencia, a una profundización en la democracia de las organizaciones, y probablemente en el cambio del sistema electoral, tendiendo más hacía a aquellos sistemas en los que el político se debe a una determinada circunscripción (como sucede en el Reino Unido) responsabilizando así al político de sus actuaciones respecto de sus electores directos. Medidas de mayor control por parte de los órganos fiscalizadores de la administración también pueden colaborar en hacer huir a los facinerosos del rápido enriquecimiento.

Pero también se debe hacer una labor educativa en valores, y respeto a la Legislación y lo público, con un mayor conocimiento del sistema democrático, porque entiendo que cuanto más se conozca el sistema, más valor se le dará y mayor respeto se le tendrá. Podríamos establecer muchas más medidas, pero no debe ser labor individual sino de reflexión colectiva. Unámonos sin el “y tú más”, pongamos en la mesa soluciones pero sobre todo mucho valor y ganas. Yo lo digo fuerte BASTA YA!

SI NO LES GUSTA….. LE ECHAN AZUCAR

El Pleno de una Corporación Municipal, que preside el correspondiente Alcalde es el máximo órgano de representación de la ciudadanía, al estar representado en él los vecinos de la determinada población tal y como reconoce el artículobernardo-alfageme 140 de la Carta Magna. Es por ello que cuando te sientas en el salón de plenos, seas de la formación política que seas, estás representando a la ciudadanía y ejerciendo por tanto una labor de mucha importancia para el bienestar de los vecinos. El propio Reglamento Orgánico del Pleno de Vigo aprobado con los votos a favor del Sr. Caballero y sus socios del BNG define en su artículo 63 que debemos entender por mociones y en su apartado 5 nos dice que tendrán ordinariamente por objeto el pronunciamiento del Pleno sobre la necesidad de iniciar actuaciones con una o más finalidades determinadas. En el pleno de ayer se debatió una moción sobre la conveniencia o no de situar un barco pesquero histórico de esta ciudad en una rotonda o en llevarlo al Museo del Mar para poder ser visitado por los ciudadanos conociendo así cual es el centro de trabajo de los esforzados marineros que cada día, cada jornada nos traen el pescado a las lonjas para poder disfrutar de ellos. Parece lógico que el alcalde de la ciudad, no solo oiga, sino que escuche lo que los representantes de los ciudadanos, a través de sus concejales le dicen, y que al menos de tiempo al estudio del tema y tenga flexibilidad de actuación. Creo que a cualquiera se nos antoja lógico, que si has adoptado una decisión como alcalde y se aprueba una moción en contra de esa decisión por la mayoría concejales, cuando se está en minoría, al menos estudies esa propuesta, no aproveches a que finalice la votación del acuerdo para espetar “de todas formas se va a colocar en Coia”. No parece que una rotonda sea el lugar más adecuado para colocar un barco pesquero de las características del Bernardo Alfageme (27 metros de eslora), y se priva desde luego a la ciudadanía de la posibilidad que advertía antes de poder visitarlo, pero aún es menos adecuado tratar a los representantes políticos de la ciudadanía como si de un tirano se tratase, no haciendo caso a la mayoría de las mociones que en los plenos se aprueban y utilizándolas exclusivamente con la finalidad de enfrentarse a otras administraciones con un halo de negatividad implícito que exaspera a la ciudadanía. Bien que el poder de los alcaldes es cada día mayor, sobre todo en los grandes municipios, pero debe salir de ellos por higiene democrática el mantener un equilibrio para tomar en consideración lo que los representantes ciudadanos le trasladan.

Que un alcalde, el de la 14 ciudad más grande de España, te diga aquello de “si no quieres caldo toma 7 tazas”, y te acabará gustando, es que no entiende el diálogo, o lo que es aún peor no le interesa. Añadió el regidor que “les va a gustar cuando esté allí”, solo le faltó decir aquello de y si no les gusta se jo..roban, o le echan azúcar.

¿PODEMOS EMPEZAR POR EL TEJADO? MEJOR POR LOS CIMIENTOS

círculosAl margen de cualquier consideración sobre el partido político «Podemos» (que ahora ya  lo son UN PARTIDO), ya no son un grupeto pseudo-anárquico, organizado en círculos más o menos concéntricos, que se tocan por algún lado, o no. Estamos ante una formación política nueva, un partido político, con su estructura orgánica, parece que con la figura de un Secretario General, con una carga ideológica, y que por tanto tras aparecer en la escena política con sus 5 eurodiputados han decidido en su terminología “encastarse”. Lo hacen además de una manera curiosa, porque predican una cosa pero practican otra, y lo hacen además despreciando la administración más cercana al ciudadano el municipio para comenzar la casa por el tejado, quieren, aspiran a como se dice vulgarmente “tocar moqueta”, pero la de Madrid, la del Estado, despreciando de esta forma la participación política desde los cimientos políticos, desde la administración local, para centrarse ¿POR PURO OPORTUNISMO Y MIEDO?, en el Congreso de los Diputados. La imagen que dan es esa la del oportunismo de lograr un buen resultado frente a la izquierda a nivel nacional, y el miedo de ver diluido su proyecto en derrotas más o menos sonoras ante las elecciones municipales, aunque visto su discurso y sus cambios de opinión al final a saber lo que harán.

Sinceramente creo que esta actitud de la novedosa organización política denostando el poder local es un craso error. En mí ciudad dice el Cïrculo de Podemos que las “municipales las ven secundarias”, ven prioritario el tejado que los cimientos, lo relativamente fácil para ellos que es una propuesta a nivel global, que entrar en el detalle de ocuparse de lo más cercano al ciudadano que es el propio municipio.

La política municipal, denostada por algunos es quizá la más importante, la clave de bóveda de todo el sistema democrático por la cercanía al ciudadano, porque es más sencillo tener que rendir cuentas y hacerlo, y porque además las actuaciones que realices tienen una visibilidad mayor en el día a día. Para mí además, creo que es un orgullo ser concejal de tu ciudad o pueblo, de tu municipio en definitiva, y participar en la transformación de la realidad cotidiana. Veo en ello comenzar la construcción por los cimientos, porque con unos buenos cimientos podemos lograr una gran construcción, sin cimientos con solo tejado conseguiremos que todo se lo lleve la primera ventolera que se asome por el horizonte. Desde la política local debemos ilusionar a la ciudadanía, con un proyecto ciudadano realista, sincero, posible y de hacer más que poder. Poder se pueden muchas cosas, lo difícil es hacerlas, porque como se suele decir “obras son amores y no buenas razones”.

¡¡CAFECITO 25 EUROS, CAFECITO!! (artículo ABC 4 de septiembre 14)

articuloabc4914En una constante contradicción. Así vive el alcalde olívico Abel Caballero. A golpe de ocurrencia ejerce el cargo. Sin rubor, sin inmutarse, es capaz de pasar del blanco al negro. Corría el año 2008 cuando en uno de esos especulativos pactos que lograba con los ministerios socialistas, en este caso con Elena Espinosa y Medio Ambiente, prometía cumplir con el PXOM aprobado con anterioridad, recuperando las dunas de Samil y ganando con ello espacio de playa para el ocio y disfrute de la ciudadanía. En aquel momento que se le inquiría sobre los locales de hostelería concesionados, hablaba el alcalde de la posibilidad de rescatar las concesiones dado el poco tiempo que restaba para su finalización, con lo que podría deducirse que finalizado éste no volvería a sacarse a concurso.

Han pasado 6 años y en su retorcida contradicción saca a concurso uno de los locales a los que el fallecimiento de su propietaria había extinguido su concesión, y lo hace por la friolera de 30 años, cuando el resto de las concesiones existentes lo harán en el último caso dentro de 11. Caballero hipoteca en Samil el desarrollo del Plan General y la recuperación del arenal. Preguntado por la prensa, desdiciéndose en lo manifestado, solo se le ocurre decir que si no se diese la concesión al nuevo Jonathan, un café en Samil costaría 25 euros. ¿El café más caro del mundo? ¿La sandez más grande? Es curioso que la persona que aprobó con sus socios del BNG el Plan sea ahora el primer rebelde a su cumplimiento en este ámbito. Retranquear el paseo, trasladar los locales de hostelería a otra zona, que la naturaleza ocupe su lugar y que Samil recupere su esplendor merece la pena.

Y yo me pregunto, lo merece un alcalde reconvertido en «barquillero» al grito de «cafecito 25 euros, cafecito!!!». ¿Estará buscando ocupación para cuando deje la alcaldía dentro de unos meses?

ESCULPAMOS LA CIUDAD COMO UN ARTISTA (dedicado a Pedro Dobao)

El otro día tuve el placer de compartir café con una persona curtida en mil batallas, un hombre digno de admiración, pues para mí la tienen aquellos que son capaces de traspasar la temporalidad del instante, del material, de la mirada para transformarla en belleza, en arte en definitiva. Un trozo de madera, un metal, un papel, una piedra tienen para él su aquel, algo más, algo inmaterial que solo mentes privilegiadas, señaladas por un don especial son capaces de ver, como aquellos que cogen una “tábula rasa” y la transforman en algo hermoso para los sentidos. Y hablaba con Pedro Dobao de arte, de la metáfora, de la vida, de lo bonita que es la cultura, de lo necesaria que es para nuestras vidas y de lo poco que se valora.

pedrodobaoHay muchos artistas en este mundo, muchos transformadores de la realidad en los más diversos órdenes de la vida, pero quizá haya poca gente sensible a detenerse, observar, penetrar con la mirada y descubrir lo escondido en lo evidente. Con los ojos de un artista debemos recorrer una ciudad; con la habilidad de un historiador saber de dónde venimos; y con la ilusión y habilidad del escultor esculpir a dónde vamos. Esculpir la ciudad implica primero reconocer el material –incluidos sus defectos y virtudes-, esculpir exige definir el proyecto que se quiere, esculpir reclama ejecutar adecuadamente la obra pensada, esculpir es en definitiva modelar el material transformándolo en la idea que se tiene. Debemos ser conscientes que Vigo crece y se desarrolla junto a su industria –no es vergonzante ser eminentemente industriales- y que los servicios, la ciudad de servicios, es aneja a la misma no sustitutoria. Potenciando esta faceta industrial con sectores estratégicos muy marcados (automoción, naval, pesca, etc) potenciaremos los servicios, lo haremos también con el aeropuerto, puerto, zona franca como herramientas coadyuvantes. El cincel debe esculpir ese material y de ahí sacaremos un bonito futuro en el que con trabajo crezca la ciudad, se desarrolle, y además de trabajo, ofrezca: cultura, deporte, turismo, en definitiva oportunidades para que entre todos saquemos la “escultura de la felicidad” que debe ser Vigo para sus vecinos.

LOS PROBLEMAS Y EL ÁRBOL.

arbol2A simple vista hacer una comparación entre un árbol y los problemas podría llevarnos a la conclusión de ¿qué clase de locura o tontería es ésta? Intentaré demostrar que hay mayor similitud de la que a simple vista resulta.

El árbol (como los problemas, sean del tipo que sean) tienen su origen, su raíz, sus ramificaciones, su secado y caída. Ante ese momento de toma de decisiones con el árbol, como con el problema, optaríamos por varias soluciones.

Podríamos optar por talar el árbol, lo que equivaldría a eliminar el problema de raíz. Tiene la evidente ventaja de eliminar el problema, pero el inconveniente de quedarnos sin árbol.

Otra opción sería podar el árbol manteniéndolo, o lo que es lo mismo quitar aquellas partes que pudren el árbol, aquellos problemas que amilanan a cualquiera, y dejar que el árbol siga creciendo con vitalidad y salud.

La tercera opción podría ser la de la comodidad, la indiferencia y el continuismo dejar el árbol (o el problema) en su sitio, sin tocarlo, a su libre albedrío, al albur de lo que depare el tiempo ¿caerá, no lo hará? ¿Desaparecerá el problema, o se agravará?

Igual que un árbol necesita agua, abono, cuidados y tomar decisiones, así los problemas que surgen en torno a nuestra vida, o a organizaciones, o en la sociedad, exigen también de cuidados pero sobre todo de decisiones. Bajo mi punto de vista lo único que no debemos hacer es sentarnos a ver como crece el problema, como se enquista y como nos fagocita. Cuando la sociedad tiene un problema que le afecta, cuando un partido político tiene problemas de organización los dirigentes deben coger el toro por los cuernos, afrontar el problema con valentía y tomar decisiones, todo menos la quietud de la indiferencia. Juntos se solventan los problemas, obviándolos no solo no pasan sino que engordan.

No sé si he sido capaz de demostrar la similitud o la metáfora del árbol, lo que sí sé es que hay demasiadas personas que se sientan a verlo sin hacer nada. Dijo el Papa Francisco algo así como que “Hay que arriesgarse a hacer cosas nuevas, si aciertas es tu recompensa, si te equivocas es una lección”. Podar el árbol, moldearlo y ponerlo bonito para afrontar el futuro (al igual que en la sociedad) puede tener su riesgo, pero para que conformarse con no hacer nada y dejar que se pudra y te pueda caer encima. Yo no me resigno, porque hacerlo me parece una cobardía. Afrontar lo que viene buscando acertar y si no aciertas aprender una lección que te haga mejorar para la siguiente ocasión. Cojamos la tijera de podar los problemas, de cortar lo que nos sobra y logremos que el árbol, que la sociedad, que la organización, que la democracia crezca fuerte y sano o sana.

EXCEPCIONALIDAD O PROVINCIA:NO NOS QUEDA OTRA. (Artículo Atlántico Diario 26 de junio 2014)

10418439_10203594641283288_4953616489751188213_nVigo está en una grave encrucijada: avanzar en este S.XXI o retroceder al XIX. Debemos luchar para conseguir lo primero. Pero, ¿por qué? Porque desde hace ya mucho tiempo la espada de la desaparición del Partido Judicial se cierne sobre nuestra ciudad, lo que unido a otras amenazas nos impiden despegar, lo que nos lleva a un retroceso irrecuperable.

Ser cabecera judicial con un Tribunal de Instancia y por tanto tener capacidad de decisión, junto con el resto de administraciones competentes, en nuestros servicios en materia de Justicia a los ciudadanos de Vigo está en jaque, porque la otra opción sería ser una “sede desplazada”, un sucedáneo, siempre en dependencia de las decisiones del Tribunal de Instancia cabecera, que sería quien de decidir, o al menos influir en la decisión de que sedes desplazadas o salas se establecerían en Vigo y todos conocemos los problemas pasados (contencioso, mercantil, Audiencia…).

Vigo no puede quedarse quieta ante esta amenaza. No creo que sea necesario insistir en datos objetivos poblacionales, ingresos de asuntos; las características de la ciudad son sobradamente conocidas y han sido sobradamente analizadas. Vigo tiene esas especificidades que la hacen única en España, y dicha excepcionalidad debe reconocerse por la Administración del Estado, como lo ha sido por la Administración Autonómica con la quinta delegación de la Xunta de Galicia, elevando a categoría jurídica lo que es una realidad social.

No deseo una lucha provincial, porque soy de los que piensan que la división provincial del País se encuentra ampliamente superado por la realidad, que las Comunidades Autónomas son el marco en el que movernos y que las Áreas Urbanas son el presente y futuro en torno a la autonomía local.

Pontevedra no es el enemigo, pero resulta evidente que el sistema provincial nos encorseta e incluso impide crecer, como vemos en el ámbito judicial. La solución más rápida, posible y equilibrada sería reconocer la excepcionalidad y concedernos el Tribunal de Instancia conforme a las nuevas previsiones en la nueva LOPJ. Esa excepcionalidad debería adoptar una división idéntica a los Juzgados de lo Social actuales, es decir, la partición de facto de la provincia de Pontevedra en dos: Pontevedra al norte, y Vigo al sur con los partidos actuales de Vigo, Cangas, Tui, Ponteareas, Porriño y Redondela. Esta es la realidad pacífica desde hace muchos años, y hay dos formas de concretarla: la primera ya la apunté mediante el reconocimiento de la “excepcionalidad”: rápida, aséptica y no confronta con nadie.

Pero en caso de no ser así, ¿hay otros caminos? Habría una segunda manera, más complicada, pero en su caso una opción: modificar conforme prevé el Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de las disposiciones legales vigentes en materia de Régimen Local en su artículo 25 (1. El Territorio de la Nación española se divide en cincuenta provincias con los límites, denominación y capitales que tienen actualmente. 2. Sólo mediante Ley aprobada por las Cortes Generales puede modificarse la denominación y capitalidad de las provincias. Cualquier alteración de sus límites requerirá Ley Orgánica.) Así respecto a esta fórmula, otras dos opciones: cambiar la denominación y capitalidad, para lo que se aprobaría una Ley ordinaria por las Cortes, o crear una nueva provincia para lo que se requeriría una Ley Orgánica.

De una manera u otra lo que está claro es que Vigo no puede perder el tren, no puede renunciar a lo que apuntaba: el reconocimiento legal de lo que es la realidad existente, y que la Xunta reconoció al dividir la Comunidad en cinco Delegaciones y concretar una de ellas para nuestra ciudad (pese a la férrea oposición capitalina).

Llegado a este punto solo existe una pregunta ¿hay voluntad política de que Vigo aparezca como merece en el mapa? ¿Nos uniremos los vigueses de una vez para reclamar nuestra singularidad? ¿Se hará el pacto que esta ciudad necesita en defensa de su idiosincrasia y particularidad? ¿Se unirán la ciudad y sus políticos, solo en lo pequeño o, también en lo realmente trascendente? Lo tengo claro o lo hacemos o lo lamentaremos, no quiero esperar sentado esperando el retroceso en el tiempo a un siglo que no nos es propio.

PACTO CIUDADANO POR LA EXCEPCIONALIDAD JUDICIAL

      la foto  Han saltado nuevamente todas las alarmas en la ciudad. El CGPJ ha decidido obviar la realidad de la ciudad para mirar su propio ombligo. Como decimos los juristas –cuando vamos a meternos con una actuación judicial- “dicho sea con los debidos respetos y en términos de defensa” el Poder Judicial está profundamente equivocado. Lo que es válido quizá para 49 provincias, no lo es para una, la que nos corresponde. No es necesario repetir los datos, objetivos todos ellos, que obvian la necesidad de dotar a nuestra ciudad del estatus judicial que reclamamos.

        Pero nos hemos parado a reflexionar sobre lo que sucede en esta ciudad. Algo falla. Cada partido, cada organización, cada persona vamos por nuestro lado con un objetivo común pero sin cantar al unísono que es lo mínimo que una ciudad moderna, civilizada y que realmente busque solucionar los conflictos que le aparezcan debe de hacer. ¿Quién debe liderar esta actuación en conjunto? Lo lógico es que el Ayuntamiento dirigido por su máximo representante el alcalde. Todos dirigidos bajo una misma batuta, reivindicando lo que en justicia nos corresponde, pero con una misma voz, con el empaste típico de una gran masa coral. El viernes 27 la grandísima Coral Casablanca, uno de los emblemas de esta ciudad, acudirá a la llamada para defender el Partido Judicial, a esa llamada acudiremos muchos vigueses de diversos colores políticos, de diversas profesiones, pero con un solo objetivo sonar como una sola voz que rechaza una reforma perniciosa para nuestra ciudad y que exige se reconozca la excepcionalidad de esta ciudad.

        Pero leo la prensa y me surge la preocupación. ¿Por qué? Hace tiempo manifesté que echaba de menos esa voz unánime expresada a través de una Declaración Institucional –prevista en el Reglamento Orgánico del Pleno de Vigo- en la que se manifestase la voluntad de toda la Corporación –no de los grupos políticos independientes los unos de los otros- y que dicha Declaración debería ser la hoja de ruta del Ayuntamiento, alejando cualquier atisbo de utilización política de un asunto de tanta gravedad. Esta misma semana el PP de Vigo ha reclamado una Junta de Portavoces para tratar este tema, a lo que según los medios el Sr. Caballero se ha negado. ¿No quiere una voz unánime? ¿Quiere el protagonismo solo para Él el día de la concentración? ¿Pretende seguir haciendo política de un tema de tanta trascendencia ciudadana? Cualquiera de las preguntas puede tener una respuesta afirmativa: no quiere voz unánime; quiere protagonismo exclusivo; pretende seguir haciendo política partidista. “Craxo error” por parte del regidor, un insulto a la inteligencia de la ciudadanía, una falta absoluta de lealtad para con la ciudad y sobre todo una indignidad con el Vigo del siglo XXI.

        En estos tiempos en que hemos asistido a la plasmación en una votación plenaria de un pacto presupuestario entre el alcalde de la ciudad y el principal partido de la ciudad –en votos, afiliados y concejales- creo que ha llegado la hora de que nos preocupemos de asuntos de ciudad de enorme importancia, como es el del estatus judicial, es por lo que reclamo desde esta humilde página -en mi posición de mero opinador- un PACTO POR EL PARTIDO JUDICIAL y su defensa, un pacto que sea en defensa de la ciudad no de su gobierno. ¿Tendrá Caballero altura de miras? ¿Tendrán el resto de partidos municipales igual altura? Espero por el bien de Vigo que si. Desde luego existe una oportunidad inmejorable cara al próximo día 27 de junio cuando se lea el texto en la concentración convocada, no sé si leída antes o después de la segura gran interpretación de la Coral Casablanca, que el texto sea de consenso, que sea un texto pactado de ciudad, no un texto unilateral. Lo bien hecho bien parece. Vigo no pide otra cosa que la interpretación reivindicativa suene bien, y solo lo hará si es con “voz unánime”.

GRITEMOS: «NO A LA CORRUPCIÓN NI A LOS CORRUPTOS»

    corrupciono      Ayer en una reunión de partido, un compañero hizo una reflexión muy interesante sobre la sociedad y la corrupción, sobre lo que se nos reclama y lo que le ofrecemos, sobre el ser y el deber ser. Interesante hasta el punto de provocarme escribir estas pocas líneas.

          Hay dos formas de afrontar los problemas: negarlos y por tanto no hacer absolutamente nada, o reconocer su existencia y pelear por solventarlos. Que las elecciones europeas han dibujado un mapa político distinto es una obviedad, que la sociedad está cansada de la política y los políticos otra, que es necesaria una reflexión sobre lo acontecido y las posibles soluciones una necesidad. Uno de los grandes problemas que han abocado a la gente a no votar, o incluso a hacerlo a formaciones inéditas, es sin lugar a dudas la corrupción, la existencia de mangantes que aprovechan la política, o se convierten en satélites de la misma para arrancar un rédito económico sin escrúpulo y con absoluta desfachatez. Es quizá el principal problema que acucia a la política española en estos últimos tiempos. En el seno del partido popular ha sido el propio Presidente Feijóo quien puso en el punto de mira este grave problema como una de las causas del desastre, porque de victoria no se puede calificar, por mucho que algunos se resistan a hacer esta autocrítica.

          Identificado el problema, creo que los partidos, pero sobre todo los militantes de los mismos, debemos tomar medidas, decisiones, algunas veces resultarán dolorosas pero, bajo mi punto de vista, son necesarias para la pervivencia de la democracia, para la recuperación del crédito de la política, para el ejemplo ante la sociedad y para la tan necesaria limpieza de un sistema viciado por las circunstancias. Entonar el mea culpa, decir a la sociedad hemos errado, vamos a eliminar de nuestras listas a aquellos que estén manchados por la lacra de la corrupción, gritar bien fuerte con palabras y con hechos en definitiva NO A LA CORRUPCIÓN NI A LOS CORRUPTOS. No queremos ni patos, ni pokemons, ni Bárcenas, ni nada relacionado con el oscuro mundo de la indignidad que representan los delitos y prácticas de corruptelas y corrupción.

          Firmemos un código ético, entre nosotros los partidos, y con la sociedad de la que formemos parte, encabecemos esa lucha contra dichas prácticas desde la humildad, la responsabilidad y el rigor. Solo así recuperaremos el crédito, solo así sacaremos al país del descrédito en la clase política, solo así triunfará la democracia frente a lo oscuro.

NI MONARQUICO, NI REPUBLICANO, SOY CONSTITUCIONALISTA.

constitucionAyer vivimos un día de esos que los ciudadanos calificamos de históricos, y lo cierto es que en mis 44 años llevo unos pocos, por bien o por mal, días que quedan grabados en la mente y que algún día –como en su día hicieron mis abuelos- trataré de trasmitir a mis nietos (si algún día los tengo).

España se acostó ayer con la noticia que convulsionó España, el Rey abdicó, (renunció, dimitió), alguien se iba en este país pudiendo permanecer en su puesto hasta que le diese la “real” gana como se suele decir. Un ejemplo que debería hacer reflexionar a no pocos. Ayer por la tarde aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la izquierda más radical y trasnochada de este país, algún elemento de lo que debería ser izquierda centrada del PSOE decidieron salir a las calles con la bandera tricolor en la mano esperando que se produjese aquello de “España se acuesta monárquica y se levanta republicana” como en el año 31. Pues no ha sido. Ha amanecido en España, llevamos varias horas de este nuevo día, y la vida sigue igual aquí no ha amanecido una nación republicana y me explico.

Los que ayer salían a las calles no son republicanos estricto sensu. ¿Por qué? Porque no plantean el debate sobre república sí o no –debate en el que todos podemos tener nuestra propia postura a favor o en contra-, lo que plantean es recuperar una especie de herencia de lo que fue la II República nacida en 1931, es decir recaminar 78 años para atrás y volver al momento anterior al alzamiento franquista. Este proceso se rompió en la Transición, pero algunos se obstinan en dividir, enfrentar, recuperar. ¿República sí? Es un debate, se podría plantear a través de los mecanismo previstos en la Carta Magna para la modificación constitucional, pero desde luego no tomando las calles, ni agitando banderas, y si consiguiendo votos. Algunos no se quieren enterar que estamos en el año 2014 no en el 1931, 34 o 36.

Ayer se consolidó lo que los españoles decidimos –hayamos votado o no (por edad no pude)- la Carta Magna un 6 de diciembre de 1978. Ese es el día clave en el presente y lo es también en el futuro. ¿Por qué digo que se consolidó? Porque opino que aquel que renunció a lo que pudo ser un monarca decimonónico se convirtió en rey constitucional, y esa constitucionalidad se reafirma ahora al provocarse la sucesión en la corona. Normalidad nada más, de lo que debe ser un Estado moderno.

Por eso al margen de si la bandera bicolor o la tricolor, los que se declaran monárquicos o republicanos, yo me encuadraría en una tercera categoría “soy constitucionalista” (por haberla jurado, y por creencia) y ahora la forma del estado es una monarquía parlamentaria. ¿Algún día seremos una República? Podría ser si se modifica la Constitución, y en ese caso, seguiré siendo constitucionalista.

Soy vigués

Empecé en el año 2005 con esta aventura como LIBERAL VIGUÉS. Soy abogado de profesión, pero me interesa la política, hasta mayo de 2011 he sido Concejal del Ayuntamiento de Vigo,preocupado por sus problemas y que le gusta participar activamente en la búsqueda de soluciones. Comenceí no ano 2005 con esta aventura que é un blog persoal, son avogado de profesión, pero gústame a política, e fun concelleiro da cidade de Vigo ata maio do 2011.
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