CUANDO CURES UNA ENFERMEDAD,NO DESCUIDES OTRAS.
Fernando P.P. estaba muy enfermo. Aquella analítica no era nada halagüeña, colesterol, azúcar, PSA, descontrolados los leucocitos, etc. Los médicos estaban realmente preocupados, y la familia ni os cuento. De hecho aquel mismo día fue ingresado en el hospital para realizarle más prueba y sobre todo para comprobar el origen de tanto desajuste. Pasan los días y los médicos con un duro tratamiento logran estabilizar a Fernando, los niveles vuelven a la normalidad y se da clínicamente por sano al bueno del paciente. Pero no puedo imaginar que ya fuera del hospital si surgen otras dolencias, si aparecen nuevos achaques no se trate al enfermo por habernos centrado exclusivamente en aquellos valores, aquellas cifras normalizadas. Podríamos convertir al bueno de Fernando en uno de esos actores de anuncios: bebibles o mantequillas contra el colesterol, productos para el tránsito intestinal, o incluso para anunciar el hospital donde fue tratado o los medicamentos que le ayudaron a sanar.
¿Metáfora o realidad? Esto lo podríamos transponer a la política, a nuestro País. Bien que se está arreglando la economía, pero existiendo otras dolencias en la sociedad no debemos renunciar a con la política buscar la mejor manera de solventarlas. Se debe corregir la gran crisis económica que hemos vivido, pero sin renunciar en ningún caso a hacer política con altura de miras, con la vista puesta en el futuro sin olvidar nuestro pasado.