PALMERO SUBE A LA PALMA
Hoy leía en un medio de comunicación de la ciudad una información en la que se destacaba la existencia de “palmeros” en los actos de una determinada formación política. Engañarse a sí mismo, eso suelen hacer los partidos políticos en época electoral como la que vivimos. Como si fuesen piezas de ajedrez, o un simple trampantojo bien distribuido, así los diferentes partidos mueven a sus más sumisas huestes de acto en acto, de fotografía en fotografía (y no tiro, porque no toca). Pero el quid está en responder a la siguiente cuestión: ¿por qué se hace? Pues creo honestamente que por una pura cuestión de marketing visual, porque hemos caído en la tendencia de que una imagen vale más que mil palabras y se ha renunciado, en demasiadas ocasiones, por no decir la mayoría, a la fuerza de la palabra, al trato personal con el ciudadano, al convencer con argumentos, a vencer en los medios, y se ha sustituido por obtener fotos de masas aupando al líder, cuando lo único cierto es que en política de nada vale llenar una sala, o salir muchas personas en una foto si luego, el día señalado en rojo el de la fiesta de la democracia, no se llenan de votos las urnas.
Echo de menos la valentía de salir sin parapeto, a pecho descubierto, en definitiva hacer lo que Jesús Vázquez en Ourense calzarse unas zapatillas cómodas y perderse entre sus conciudadanos, perderse en la profundidad de una ciudad, sentarse en la barra de un bar o una cafetería y escuchar. Muchas veces con ese simple gesto de escuchar lo que se comenta se aprende mucho, y si además te integras en las conversaciones aún mejor. Es otra manera de hacer política, desgasta más personalmente, pero sinceramente pienso que tendría más réditos (votos) a la larga. Pero como dice la canción “Palmero sube a la palma, cantar y cantar; palmero sube a la palma bailar y bailar…”, o algo así. De todas maneras como decimos con las “meigas haberlas hailas”, y hay gente que le gusta posar al estilo de los fans, pero hace falta más contacto directo y menos imagen, más calle y menos ovejas, sobre todo porque hará falta para el día de las elecciones llenar las urnas de votos, no tener la foto de la derrota.