PEQUEÑOS DETALLES QUE HACEN UNA JUSTICIA PEOR
Se habla mucho de la lentitud de la Justicia, de que son necesarias reformas profundas, hemos asistido a un mes de octubre especialmente prolijo en la aparición de grandes normas en el Boletín Oficial del Estado, pero muchas veces pequeños gestos de simple reorganización supondrían enormes avances. Muchas veces se tienen paralizados expedientes judiciales por no trasladar un simple papel de un Tribunal a otro. Me contaban el otro día un ejemplo de unas Diligencias penales ante las que se interpuso por el imputado un recurso para ante la Audiencia Provincial (en el mismo edificio donde se encuentra el Juzgado correspondiente) y en la que dictaron un Auto el pasado mes de julio por el que se declaraba la nulidad de que continuase adelante su tramitación por el procedimiento abreviado, por falta de “motivación” de la resolución.
Pues bien, me cuenta una compañera que desde ese mes de julio el expediente y por ende la resolución aún no han sido trasladadas FÍSICAMENTE AL JUZGADO DE LO PENAL, que a su vez debe trasladarlo al juzgado de instrucción. Pues, aunque parezca increíble han transcurrido más de 4 meses (agosto es hábil a efectos penales) y la resolución y el expediente está aún en la Audiencia. ¿De verdad queremos agilizar la Justicia? ¿Qué pasaría si lo profesionales protestásemos? (Todos lo imaginamos) Por ello digo que pequeños gestos, pequeñas reformas (como por ejemplo que los procuradores fuesen habilitados para trasladar en algunos supuestos los Autos) podrían despejar los juzgados y sobre todo traer celeridad a la administración de Justicia, porque no olvidemos que una Justicia lenta es menos justa.