La dación en pago no supone que el ejecutado hipotecado se quede con el bien hipotecado sin más, significa que la deuda con la entidad financiera quedará saldada con la devolución a la entidad del bien en cuestión y que por tanto que no se adeudará nada al banco en cuestión, lo cual me parece un tema de justicia porque a pesar de ser legal en nuestro derecho la responsabilidad solidaria más allá de la hipoteca, lo lógico es que si te tasan un bien, te dan el préstamo garantizado por el bien con un valor que cubra el bien, que la deuda se extinga con la entrega del inmueble hipotecado. Por tanto los desahucios no se solucionarán, sino que lo que se hará es que el deudor al menos no tenga la carga de tener que continuar pagando después de ser desposeído del bien, y pueda arrancar una nueva vida.
Yo este tema lo circunscribiría únicamente a la primera vivienda para evitar la dación en pago de la deuda como ha pasado en EEUU, donde especuladores adquirían inmuebles, y si no lo vendían en un plazo determinado lo entregaban a la entidad con la dación sin mayores consecuencias. Por eso yo lo limitaría sólo a la primera vivienda, o a la vivienda habitual.
Lo que es intolerable es la politización por parte de algunos colectivos de las plataformas que nacieron con una noble finalidad y que ahora se quieren convertir en azote del gobierno de turno. Las algaradas en la casa de todos que es en democracia el Congreso de los Diputados, no es tolerable. Últimamente se ha generalizado liarla en parlamentos autonómicos, en ayuntamientos, y ahora en el Congreso. No es bueno, no es termómetro precisamente de salud democrática, y no le echemos la culpa de esto al gobierno, ni al PP, que no tienen precisamente apoyos en estos grupúsculos.
Debemos de estar al lado de los ciudadanos, buscar soluciones a los problemas que se plantean, pero también debemos de respetar el Estado de Derecho que implica hacerlo a las leyes, a los compromisos que son los contratos, como parte de ese derecho, y a la responsabilidad de todos. Pero saldar la deuda como decía antes no implica quedarse sin más con el bien, no es una expropiación, ni una ocupación. Respetar el derecho es lo más importante, porque es lo que separa al hombre de la organización a la anarquía, del orden al caos, de un sistema democrático a uno que no lo es.