El contacto con la ciudadanía es fundamental, imprescindible, pero no es cosa de decirlo y si de hacerlo. ¿Por qué no se hace? Porque se sigue la inercia, porque se cree que los votantes están ahí sumisamente sin plantearse las cosas, y no es cierto.
Los problemas de comunicación han sido un “mantra” que nos acompaña a los populares desde hace quizá demasiado, pero en qué consiste la comunicación ¿en salir en los medios? Que mejor forma de comunicación hay, que el contacto con el votante, pero es más complicado, cansado y difícil porque exige el acercamiento directo con tu jefe EL VOTANTE, y no se le puede dar la espalda, porque si se le da te lo harán pagar.
La comunicación p.ej. consiste también en no mirar para otro lado ante (como dijo Hernando) la «caca» (con perdón) que te salpica en forma de corrupción. Hay que denunciarla, adoptar medidas, tomar decisiones duras, ¿puede qué a veces injustas? Pues desgraciadamente si, pero a grandes males “pequeños” remedios en forma de píldoras de decisiones valientes, porque la Justicia (con mayúsculas) corresponde a la administración de justicia, pero la justicia en materia política corresponde a los partidos políticos. Un ejemplo es el caso del candidato Alfonso Rus, no puede ser que sea expulsado del partido siga encabezando la lista del partido popular por no existir un mecanismo legal para apartarlo, ahí se puede hacer política legislando, porque no todo es economía siendo ésta sumamente importante o fundamental, pero no es lo único que reclama la ciudadanía, la política es algo más: ¿por qué se habla por ejemplo ahora de que gobierne la lista más votada cuando se pudo legislar y no se hizo? ¿Por qué no se han adoptado medidas contundentes en contra de la corrupción? ¿Por qué no se ha renovado de verdad buscando con ello la regeneración? Son tantos por qué como diría el entrenador Mouriño.
La autocrítica no puede implicar decir “lo hemos hecho mal”, para a continuación decir “pese a todo hemos ganado”, debemos cambiar el concepto de ganar, porque quién gana en política, si analizamos las manifestaciones de uno u otros (da igual la formación política) todos ganamos, pero realmente ¿quién? Bajo mi punto de vista solamente gana quien puede llevar a cabo sus políticas, aquel que puede aplicar su programa, aquel que puede hacer realidad sus sueños políticos solo éste gana, el resto aun sacando más votos pierden. Esta ha sido una lucha porque no se da cuenta quien se cree ganador sin serlo (en esas condiciones que digo) al final pasa factura, porque se dilapida el crédito. Señores cuando se pierde se pierde y hay que asumirlo, no hacerlo perjudica, es como aquel que tiene una enfermedad pero prefiere vivir como si no la tuviera y no medicarse, lo 1º reconocer los problemas para solventarlos, o ¿no?
La ciudadanía tampoco perdona un partido que practique constantemente el baile de la Yenka. El gobierno exige adopción de decisiones, en beneficio ciudadano evidentemente, lo que no puede ser, y la ciudadanía no perdona es decir vamos a reformar X y luego no hacerlo; decir la economía va genial y que cada vez exista mayor número de pobres de facto; olvidarse que un presidente lo es de todos los ciudadanos y por ende tiene un deber de dialogar, siempre con firmeza, sin arrugarse pero con la mano tendida.
Tampoco se debe olvidar por parte de los gobernantes, que perteneciendo a una formación política, es ésta la que debe dirigir la acción de gobierno, que los representantes deben ser los ejecutores de esta política, y que no pasa nada dentro de las organizaciones porque existan voces disonantes, porque son estas precisamente las que ayudan a no verse en el espejo de la autocomplacencia. Decía Cristina Cifuentes en la campaña electoral que pensaba que no estábamos en una SECTA y si en un partido político, pero a veces no lo parece, es más le preguntaría a la buena de Cifuentes ¿estás segura? Porque al final los votantes son como los globos con helio si los sueltas ¿vuelven? Quizá sí, pero si lo hacen al cabo de mucho tiempo y deteriorados.