En la China, en las Batuecas que más da. El presidente del gobierno con una tragedia como la de Guadalajara no sólo por el enorme impacto ecológico, si no, y principalmente, por el fallecimiento de 11 compatriotas se va a China a adular a una dictadura de las más cruentas del mundo, que tiene abolidas las más elementales de las libertades, que por ejemplo fusila indiscriminadamente aplicando la pena de muerte (pero como no es EEUU), encarcela a obispos católicos, discrimina a la mujer (ay el de la paridad) y otras muchas cosas.
Para este viaje no estaba cansado como en el de Polonia. Al menos pudo disimular decir o hacer que estaba muy cansado por la noche de opera del domingo y haberse quedado para asistir al entierro de los 11 héroes, y al menos dar la cara como la han dado todos los presidentes de gobierno cuando a habido grandes catástrofes nacionales, y ésta desde luego la es. Pero es más fácil escurrir el bulto e irse a miles de kilómetros.
Ay como estamos.