Tras la concentración de Abel Caballero, supuestamente para la defensa del Aeropuerto de Vigo, he de reafirmarme en lo declarado hace días: supuso el pistoletazo de salida de la campaña electoral de las municipales de mayo de 2015. Los asistentes se han cuantificado en cerca de cinco mil, pero no voy a entrar en si son muchos o pocos, primero porque aunque fuesen 100 deberían ser motivo de preocupación para los políticos, seamos del partido que seamos, y defendamos las opciones que defendamos. En cualquier ciudad, si un grupo ciudadano muestra su preocupación por un tema, los políticos al menos debemos prestarles la debida atención, debemos empatizar con la ciudadanía para comprenderla mejor.

En una época en la que las prisas, las nuevas tecnologías y el «ruido» hacen que muchas veces sólo OIGAMOS, voy a reclamar una nueva forma de entender la política, con una vieja palabra que últimamente se practica poco: ESCUCHAR. El diccionario de la RAE, la define como «prestar atención a lo que se oye». Creo que en la política actual falta prestar la atención debida a los mensajes que la ciudadanía nos procura, a lo que oímos de nuestros convecinos en definitiva. Los ciudadanos salieron a la calle para defender el aeropuerto de la ciudad, «YO ESTOY CON ELLOS», también lo defiendo, lo que no implica que esté de acuerdo ni con una concentración, ni mucho menos con el Sr. Caballero, con el que discrepan incluso muchos de sus compañeros de partido.

Los que llevamos a Vigo en el corazón, pero sobre todo en la cabeza, los que pensamos en clave viguesa del rojo y blanco; los que creemos en un Vigo abierto a los demás como nuestra Ría se abre al Océano, que abrigue a todos como hacen nuestras Islas Cíes; que se muestra al exterior, como hacemos con nuestra industria, con nuestro Puerto, con nuestros paisanos viviendo en los lugares más recónditos de la tierra; los que creemos en una ciudad que combine la tradición de nuestra historia con el despunte de una ciudad moderna y transformadora…, no queremos ataques externos pero tampoco enfrentamientos estériles.

Queremos unidad, consenso y respeto, porque si respetamos a los demás nos haremos querer nosotros, los que pensamos en un Vigo hermano de La Coruña, de Santiago, de Ferrol, de Lugo, de Orense, de Pontevedra y del resto de poblaciones de Galicia, pensamos en una ciudad dinámica, motor de Galicia, cabeza de la Comunidad, y sin la que Galicia no sería nada. Un Vigo que no es enemigo del resto de ciudades gallegas, sino que unidos a las ciudades compite con Oporto, con Bilbao y con otras muchas poblaciones.

¿Es el aeropuerto fundamental? Por supuesto lo es. Creo en su viabilidad; es más, estoy seguro que si la sensatez se instala, es decir, si nadie subvenciona a nadie, si dejamos que el mercado marque los ritmos, el aeropuerto más beneficiado va a ser sin lugar a dudas uno: Peinador, el nuestro. ¿Por qué?: por influencia de población, volumen económico, negocios, riqueza y futuro.

Cada día atiendo a mis conciudadanos, y estoy seguro que más que nunca merece la pena luchar por esta ciudad, por su presente, pero sobre todo por su futuro. No tengo chándal como tenía Hugo Chávez, no voy envuelto en la bandera de mi ciudad como hizo Caballero en la concentración, pero, como antes dije, pienso y siento con los colores de mi urbe y pretendo seguir escuchando. Otros seguirán oyendo, y mientras sólo oigan no solventarán los problemas de mi ciudad. La ciudadanía nos reclama «escuchar, coherencia y sentido común». Esto no es la radio, en que el éxito se mide en el número de oyentes que da el EGM, las resultas se logran escuchando, trabajando y – del lado del ciudadano, sea del partido que sea, y así logrando resultados en clave de ciudad no del propio sillón.