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Soy vigués

Empecé en el año 2005 con esta aventura como LIBERAL VIGUÉS. Soy abogado de profesión, pero me interesa la política, hasta mayo de 2011 he sido Concejal del Ayuntamiento de Vigo,preocupado por sus problemas y que le gusta participar activamente en la búsqueda de soluciones. Comenceí no ano 2005 con esta aventura que é un blog persoal, son avogado de profesión, pero gústame a política, e fun concelleiro da cidade de Vigo ata maio do 2011.
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CONTADOR DE VISITAS

PACTO CIUDADANO POR LA EXCEPCIONALIDAD JUDICIAL

      la foto  Han saltado nuevamente todas las alarmas en la ciudad. El CGPJ ha decidido obviar la realidad de la ciudad para mirar su propio ombligo. Como decimos los juristas –cuando vamos a meternos con una actuación judicial- “dicho sea con los debidos respetos y en términos de defensa” el Poder Judicial está profundamente equivocado. Lo que es válido quizá para 49 provincias, no lo es para una, la que nos corresponde. No es necesario repetir los datos, objetivos todos ellos, que obvian la necesidad de dotar a nuestra ciudad del estatus judicial que reclamamos.

        Pero nos hemos parado a reflexionar sobre lo que sucede en esta ciudad. Algo falla. Cada partido, cada organización, cada persona vamos por nuestro lado con un objetivo común pero sin cantar al unísono que es lo mínimo que una ciudad moderna, civilizada y que realmente busque solucionar los conflictos que le aparezcan debe de hacer. ¿Quién debe liderar esta actuación en conjunto? Lo lógico es que el Ayuntamiento dirigido por su máximo representante el alcalde. Todos dirigidos bajo una misma batuta, reivindicando lo que en justicia nos corresponde, pero con una misma voz, con el empaste típico de una gran masa coral. El viernes 27 la grandísima Coral Casablanca, uno de los emblemas de esta ciudad, acudirá a la llamada para defender el Partido Judicial, a esa llamada acudiremos muchos vigueses de diversos colores políticos, de diversas profesiones, pero con un solo objetivo sonar como una sola voz que rechaza una reforma perniciosa para nuestra ciudad y que exige se reconozca la excepcionalidad de esta ciudad.

        Pero leo la prensa y me surge la preocupación. ¿Por qué? Hace tiempo manifesté que echaba de menos esa voz unánime expresada a través de una Declaración Institucional –prevista en el Reglamento Orgánico del Pleno de Vigo- en la que se manifestase la voluntad de toda la Corporación –no de los grupos políticos independientes los unos de los otros- y que dicha Declaración debería ser la hoja de ruta del Ayuntamiento, alejando cualquier atisbo de utilización política de un asunto de tanta gravedad. Esta misma semana el PP de Vigo ha reclamado una Junta de Portavoces para tratar este tema, a lo que según los medios el Sr. Caballero se ha negado. ¿No quiere una voz unánime? ¿Quiere el protagonismo solo para Él el día de la concentración? ¿Pretende seguir haciendo política de un tema de tanta trascendencia ciudadana? Cualquiera de las preguntas puede tener una respuesta afirmativa: no quiere voz unánime; quiere protagonismo exclusivo; pretende seguir haciendo política partidista. “Craxo error” por parte del regidor, un insulto a la inteligencia de la ciudadanía, una falta absoluta de lealtad para con la ciudad y sobre todo una indignidad con el Vigo del siglo XXI.

        En estos tiempos en que hemos asistido a la plasmación en una votación plenaria de un pacto presupuestario entre el alcalde de la ciudad y el principal partido de la ciudad –en votos, afiliados y concejales- creo que ha llegado la hora de que nos preocupemos de asuntos de ciudad de enorme importancia, como es el del estatus judicial, es por lo que reclamo desde esta humilde página -en mi posición de mero opinador- un PACTO POR EL PARTIDO JUDICIAL y su defensa, un pacto que sea en defensa de la ciudad no de su gobierno. ¿Tendrá Caballero altura de miras? ¿Tendrán el resto de partidos municipales igual altura? Espero por el bien de Vigo que si. Desde luego existe una oportunidad inmejorable cara al próximo día 27 de junio cuando se lea el texto en la concentración convocada, no sé si leída antes o después de la segura gran interpretación de la Coral Casablanca, que el texto sea de consenso, que sea un texto pactado de ciudad, no un texto unilateral. Lo bien hecho bien parece. Vigo no pide otra cosa que la interpretación reivindicativa suene bien, y solo lo hará si es con “voz unánime”.

GRITEMOS: «NO A LA CORRUPCIÓN NI A LOS CORRUPTOS»

    corrupciono      Ayer en una reunión de partido, un compañero hizo una reflexión muy interesante sobre la sociedad y la corrupción, sobre lo que se nos reclama y lo que le ofrecemos, sobre el ser y el deber ser. Interesante hasta el punto de provocarme escribir estas pocas líneas.

          Hay dos formas de afrontar los problemas: negarlos y por tanto no hacer absolutamente nada, o reconocer su existencia y pelear por solventarlos. Que las elecciones europeas han dibujado un mapa político distinto es una obviedad, que la sociedad está cansada de la política y los políticos otra, que es necesaria una reflexión sobre lo acontecido y las posibles soluciones una necesidad. Uno de los grandes problemas que han abocado a la gente a no votar, o incluso a hacerlo a formaciones inéditas, es sin lugar a dudas la corrupción, la existencia de mangantes que aprovechan la política, o se convierten en satélites de la misma para arrancar un rédito económico sin escrúpulo y con absoluta desfachatez. Es quizá el principal problema que acucia a la política española en estos últimos tiempos. En el seno del partido popular ha sido el propio Presidente Feijóo quien puso en el punto de mira este grave problema como una de las causas del desastre, porque de victoria no se puede calificar, por mucho que algunos se resistan a hacer esta autocrítica.

          Identificado el problema, creo que los partidos, pero sobre todo los militantes de los mismos, debemos tomar medidas, decisiones, algunas veces resultarán dolorosas pero, bajo mi punto de vista, son necesarias para la pervivencia de la democracia, para la recuperación del crédito de la política, para el ejemplo ante la sociedad y para la tan necesaria limpieza de un sistema viciado por las circunstancias. Entonar el mea culpa, decir a la sociedad hemos errado, vamos a eliminar de nuestras listas a aquellos que estén manchados por la lacra de la corrupción, gritar bien fuerte con palabras y con hechos en definitiva NO A LA CORRUPCIÓN NI A LOS CORRUPTOS. No queremos ni patos, ni pokemons, ni Bárcenas, ni nada relacionado con el oscuro mundo de la indignidad que representan los delitos y prácticas de corruptelas y corrupción.

          Firmemos un código ético, entre nosotros los partidos, y con la sociedad de la que formemos parte, encabecemos esa lucha contra dichas prácticas desde la humildad, la responsabilidad y el rigor. Solo así recuperaremos el crédito, solo así sacaremos al país del descrédito en la clase política, solo así triunfará la democracia frente a lo oscuro.

NI MONARQUICO, NI REPUBLICANO, SOY CONSTITUCIONALISTA.

constitucionAyer vivimos un día de esos que los ciudadanos calificamos de históricos, y lo cierto es que en mis 44 años llevo unos pocos, por bien o por mal, días que quedan grabados en la mente y que algún día –como en su día hicieron mis abuelos- trataré de trasmitir a mis nietos (si algún día los tengo).

España se acostó ayer con la noticia que convulsionó España, el Rey abdicó, (renunció, dimitió), alguien se iba en este país pudiendo permanecer en su puesto hasta que le diese la “real” gana como se suele decir. Un ejemplo que debería hacer reflexionar a no pocos. Ayer por la tarde aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la izquierda más radical y trasnochada de este país, algún elemento de lo que debería ser izquierda centrada del PSOE decidieron salir a las calles con la bandera tricolor en la mano esperando que se produjese aquello de “España se acuesta monárquica y se levanta republicana” como en el año 31. Pues no ha sido. Ha amanecido en España, llevamos varias horas de este nuevo día, y la vida sigue igual aquí no ha amanecido una nación republicana y me explico.

Los que ayer salían a las calles no son republicanos estricto sensu. ¿Por qué? Porque no plantean el debate sobre república sí o no –debate en el que todos podemos tener nuestra propia postura a favor o en contra-, lo que plantean es recuperar una especie de herencia de lo que fue la II República nacida en 1931, es decir recaminar 78 años para atrás y volver al momento anterior al alzamiento franquista. Este proceso se rompió en la Transición, pero algunos se obstinan en dividir, enfrentar, recuperar. ¿República sí? Es un debate, se podría plantear a través de los mecanismo previstos en la Carta Magna para la modificación constitucional, pero desde luego no tomando las calles, ni agitando banderas, y si consiguiendo votos. Algunos no se quieren enterar que estamos en el año 2014 no en el 1931, 34 o 36.

Ayer se consolidó lo que los españoles decidimos –hayamos votado o no (por edad no pude)- la Carta Magna un 6 de diciembre de 1978. Ese es el día clave en el presente y lo es también en el futuro. ¿Por qué digo que se consolidó? Porque opino que aquel que renunció a lo que pudo ser un monarca decimonónico se convirtió en rey constitucional, y esa constitucionalidad se reafirma ahora al provocarse la sucesión en la corona. Normalidad nada más, de lo que debe ser un Estado moderno.

Por eso al margen de si la bandera bicolor o la tricolor, los que se declaran monárquicos o republicanos, yo me encuadraría en una tercera categoría “soy constitucionalista” (por haberla jurado, y por creencia) y ahora la forma del estado es una monarquía parlamentaria. ¿Algún día seremos una República? Podría ser si se modifica la Constitución, y en ese caso, seguiré siendo constitucionalista.

CONFESAR PARA EXPIAR EL FRACASO ELECTORAL

        confesionarioHoy Domingo, hace una semana del vuelco electoral, del toque de atención de la ciudadanía. Coincide curiosamente con el Día del Señor para los católicos. Uno de los sacramentos fundamentales para los católicos es sin lugar a duda el de la confesión. ¿Por qué la comparación? Porque creo viene bastante al caso, dentro de la aconfesionalidad de cada uno o la confesionalidad –entra dentro de la libertad individual- lo cierto es que recordando lo estudiado en la infancia sobre el sacramento en cuestión porque existe un método, una guía para expiar las culpas que podría ser transpuesto a la actividad política. Empecemos pues:

-“Examen de conciencia”: los partidos debemos sinceramente pensar ¿en qué nos hemos equivocado?, ¿qué no hemos hecho para que los ciudadanos nos castiguen? Es fundamental, saber lo que se ha hecho mal para concluir en los siguientes pasos. Esos fallos, seguro que entre otros, pueden ser: incumplimientos, corrupción, inmovilismo, incapacidad de comunicar, obstinación, falta de trabajo, desconexión con la sociedad, etc…

-Recuerdo que es el segundo paso es el del “arrepentimiento”, es decir que todas aquellas en el anterior punto has concluido que te han llevado a la situación, deseas no volver a caer en dichos fallos. Este punto exige una exteriorización, en el caso de la confesión eclesiástica decirle los pecados al confesor, en el caso político creo necesario desnudarse ante la sociedad, hacer contrición reconociendo los errores –errar humanun est- y no enrocarse en una postura de superioridad moral e intelectual como si ningún fallo se hubiese cometido y como si las cosas siguiesen igual porque entonces no se habrá entendido el mensaje. Esto conecta con el “propósito de la enmienda” transmitir en este caso a la sociedad de manera sincera y clara estos son nuestros errores vamos a cambiar y estas son nuestras propuestas.

-Penúltimo paso “decir los pecados… al confesor”, lógicamente en política el confesor debe ser el votante que es a los que nos debemos los políticos. No estoy de acuerdo que los fallos se deban decir internamente sin que se entere nadie, creo que la sociedad debe ser conocedora del proceso de búsqueda de soluciones y el reconocimiento de la existencia de fallos.

-El último estadio de la confesión religiosa “cumplir la penitencia que te venga impuesta” en el caso de la política vino por adelantado, pero no olvidemos que detrás de un proceso electoral viene otro, en este caso queda menos de un año para la próxima cita y la penitencia podría ser mayor.

         Sinceridad, decir todo de manera completa, humildad prudencia, brevedad. Reflexionemos seriamente lo que ha pasado hace solo 7 días si queremos evitar que vuelva a repetirse dentro de 357 días. Decir que no ha pasado nada, que se ha ganado, no reconocer que el electorado se ha pronunciado e impuesto una penitencia, es tanto como negar una evidencia, enrocarse en la irrealidad y condenarse a repetir los mismos errores. Estamos a tiempo de rectificar pero con espíritu crítico sino repetiremos la frase de Julio Cesar “ale iacta est” – la suerte está echada. Aún no lo está, está en nuestras manos lograrlo.

Soy vigués

Empecé en el año 2005 con esta aventura como LIBERAL VIGUÉS. Soy abogado de profesión, pero me interesa la política, hasta mayo de 2011 he sido Concejal del Ayuntamiento de Vigo,preocupado por sus problemas y que le gusta participar activamente en la búsqueda de soluciones. Comenceí no ano 2005 con esta aventura que é un blog persoal, son avogado de profesión, pero gústame a política, e fun concelleiro da cidade de Vigo ata maio do 2011.
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