¿SORPASSO? YA LO HUBO. SORPRESAS ESPEREMOS QUE NO.
El famoso “sorpasso” del PSOE en Galicia que prevén para el próximo domingo por parte de las Mareas, y que tanto ocupa ríos de tinta en publicaciones de toda la geografía, y que parece un futurible de lo que pueda pasar a nivel nacional no es nuevo en nuestra tierra. Ya hubo sorpasso allá por el año 1997 cuando el PSdGa encabezado por Abel Ramón Caballero Álvarez, perdió el estatus de segunda fuerza política en la Comunidad a tercera fuerza con el sorpasso del BNG que les adelantó por la izquierda. Hay que reconocer la habilidad de D. Abel para ser pionero, y en su debe para con el socialismo está precisamente haberlo abocado al precipicio lo que le costó dejar de aquella su hasta entonces exitosa carrera política para retomarla años después.
No se si habrá sorpasso o no, la verdad creo que es vacuo ese discurso, lo verdaderamente importante cara al día 25 es saber si en Galicia, al revés que en el resto de España, tenemos estabilidad política para afrontar los restos de la crisis o sucumbimos igualmente en ella. Vistas las encuestas el camino parece despejado, que el vaticinio de éstas no se cumpliese sería más que un sorpasso, una verdadera sorpresa, y los corazones de los gallegos no están para experimentos ni pocas alegrías.
¿LA TAPADERA? RAJOY NO ES ABRARACÚRCIX.
No estamos en la era de aquellos locos galos de Asterix y Obelix en que los aldeanos sostenían a su jefe Abraracúrcix encima del escudo mientras le mostraban adulación y proferían jaculatorias al paso. Estamos en otros tiempos, donde la adhesión se gana, donde la Democracia impone otros valores, y donde el imperio de la Ley en un Estado de Derecho, donde los españoles no elegimos directamente a un Presidente nominativo, sino que lo hacemos a una serie de diputados por provincias que indirectamente eligen a áquel. Yo no voté el 26 de junio, como tampoco lo hice el 20 de diciembre a Mariano Rajoy como presidente, lo hice a una lista encabezada en este caso por Ana Pastor Julián que a su vez deben elegir a un presidente de un partido, en este caso el Popular. Se debe analizar si Rajoy ha consumido el crédito, si ha llegado la hora del recambio, y creo que los resultados avalan una respuesta afirmativa a la pregunta anterior. Año 2004 derrota (por singulares circunstancias, pero derrota, al fin y al cabo); 2008 nuevamente derrota; 2011 victoria sin paliativos 186 diputados que el tiempo ha demostrado que no se han sabido gestionar; 2015 derrota 123 y 2016 (no sabemos si habrá una segunda votación en este año) nueva derrota con 137. Nos pueden vender una derrota como victoria, pero lo cierto es que, aunque la mona se vista de seda mona se queda. Se ha demostrado esta semana que 137 son insuficientes para gobernar, pues ni sumándolos a los 32 de C´s y al diputado de CC, con un total de 170 se alcanzó la investidura. Quizá la gente hubiera votado de otra forma de ser un elemento renovado del partido el candidato, pues, aunque nos pese la figura de Mariano está deteriorada por las difíciles medidas adoptadas, y lastrada por aquel inoportuno “se fuerte” y ahora rematada con la “soriada”. Llegó el momento de demostrar que lo que se busca no es exclusivamente un personalismo, y si la defensa de unos principios e ideas para transformar la sociedad; llegó el momento de demostrar que el PP no son solo Mariano Rajoy en un papel de Abraracúrcix y los miembros de un Comité elegido ad hoc para sostener el escudo de un líder mermado por las circunstancias. Hace falta una renovación amplísima, debe convocarse un congreso nacional (el XVIII) con urgencia, un afiliado un voto votando en las sedes, debatir de ideas y no de cargos, buscar el futuro sin desdeñar el pasado (pero no anclándose en él).
El Partido es algo más, lo formamos todos los militantes, desde el que tiene el cargo más elevado hasta el más “insignificante” de los afiliados, porque cuando alguien da el paso de comprometerse en la defensa de unas ideas, cuando alguien sale del anonimato ideológico a la militancia, cuando se da ese paso, somos todos los que debemos sostener el escudo del partido. Llegó la hora del rearme ideológico, del paso al frente, de la renovación urgente de equipos y modernización de ideas, pues estamos quedando aislados, llevábamos tiempo sin poder negociar con nadie, y un partido en los tiempos actuales, con el sistema español (y me atrevería a afirmar europeo) no puede sobrevivir de las mayorías absolutas, lo debe hacer de la negociación y la búsqueda de aliados, pero actualmente no aspiramos más que a meter miedo y a que nos presten apoyo por los números, y en el sistema actual como decía antes gobierna quien más apoyos concita no quien tiene más diputados y/o votos. ¿Hay que cambiar el sistema? Puede que sí, pero hay que trabajar para ello, negociar y buscar un sistema que nos convenza a todos. Mientras tanto debes tener cintura política, capacidad de negociar el incluso de renunciar.
Lo de Soria me suena a versión de aquel libro de John Grisham “La Tapadera”, supongo que en versión Arriola, pero ha servido para tapar una realidad: Rajoy HA FRACASADO ESTREPITOSAMENTE en la investidura, ha sido incapaz de con 170 votos conseguir otros 6 votos positivos o 11 abstenciones en segunda votación, y ello estará siempre en su debe como presidente, de ahí que solo 10 minutos después saltó a los medios la operación Soria que por si nadie se había dado cuenta acalló el fracaso. Es la primera vez que un presidente no renueva confianza en el Parlamento, y lo que debió ser una sesión de investidura parecía más el debate del Estado de la Nación. Tenemos desafíos de envergadura que deben llevar a pensar más en el País que en los personalismos, que deben llevar al parlamentarismo a buscar un candidato que concite consenso, aunque ese no sea Mariano Rajoy, y el proceso debe liderarlo el Partido Popular, para ello es la fuerza más votada, pero para ello deben pensar más en España y menos en sus sillones, deben pensar en clave de acuerdo y no de mantener el actual estatus, pensar con altura de miras y no con cortura de días.